jueves, 8 de junio de 2017

Mi paso por primaria

Mi paso por 



primaria 


Mamá, mamá,-dije yo, Celia, antes de bajarme de el 

coche-. ¿tú crees que haré muchos amigos, seré buena, y no tartamudearé 

mucho? -dije, con voz temblorosa, inocente y miedosa, antes de 

bajarme del coche para llegar a tiempo a mi deseoso Primer Día 

De Cole.- Tú tranquila, Celia, que todo va a salir muy bien. -dijo 

mi madre sonriente, mientras me quitaba el cinturón. ¡Sí, tú 

tranquila, que si te pasa algo, yo estaré ahí, -dijo mi hermanita 

con voz de heroína,- además, ya conoces a Manolo, que tú ya lo 

conoces,- continuaba hablando, mientras me daba fuerte la mano, 

¡incluso ella estaba nerviosa!-, también conoces a Álvaro y 

Candela,¡que los conoces desde la guardería! Bueno, un besito, 

pasatelo muy bien Celuki, y tú petarda, estáte quieta ya, y dame 

un beso. -terminó diciendo mamá, la que tenía los ojos llorosos de 

la emoción.- Me puse en la fila del patio principal, mi próximo 

patio, y me puse a charlar tímidamente con, en ese caso, mi único 

y mejor amigo, Manolo. Tocó la campana, y todos nos pusimos en 

fila india. Yo era la quinta, así que nos pusimos en marcha. Casi 

todos, nos tropezábamos con las maletas de Los Looney Toones, 

Barbie, Hello Kity, Cars...¡Fue una esperiencia fabulosa e 

inolvidable. Al llegar a clase, dejamos las maletas en la percha, y 

nos pusimos a comentar, no, a chillar las locuras más locas que 

habíamos hecho en el verano. Nos dedicamos a eso hasta el 

recreo, que comíamos en clase y salimos al recreo, que nos 

dividimos en varios grupos: los frikis, los matones, los delicados, 

los artistas, las pitiminís, (que son los más populares) los listos y 

los normales. Yo estaba en los artistas. Al terminar el recreo, 

volvimos a clase, y empezamos a dibujar con la señorita Pilar. 

Cuando tocó la campana otra vez, esta vez para irnos a casa, 

cogimos las mochilas mochilas, y salimos alboroteando. ¡Un día 

inolvidable! A, por cierto, entramos en el colegio Juan XXIII, en 

2008, y bailamos la del trenecito, ¡cada uno se disfrazó de lo que 

quisiese! ¡Un día inolvidable!



¡Silencio! -dijo la señorita Pilar- A ver, vamos a empezarlos 

clases, Juan, ¿Cuánto eran dos más dos? - preguntó Pilar, 

dispuesta a empezar el curso de infantil de cuatro años bien.- 

Mmmmm... ah, ya lo sé, es 22. ¿Cómo? -dijo la señorita Pilar 

furiosa.- ¡Uy! 

Perdón es cuatro. -respondió Juan miedoso.-La semana que viene, 

nos van a hacer las pruebas del oculista, darle estos papelitos a 

mamá y a papá.- Anunció emocionada la señorita Pilar.-

¡Hola niños! Yo soy la que os va a hacer una cosita en los ojos. 

-dijo la oculista satisfecha, y lista para empezar ya.- Y me llamo 

María Fernández Matute. Bueno, esto es como un juego, os 

explicaré las reglas: Vosotros sois robots, y estáis estropeados, 
 
así que os tendré que reparar. Por número de lista, uno por uno, 

vais a ir a la biblioteca sin que os vea nadie, allí estaré yo, y os 

repararé, pero después tendréis que ir en silencio a vuestra clase, 

¿vale? -terminó diciendo la oculista divertida.- Bueno, me voy ya 

a la biblioteca. Yo estaba un poquito nerviosa, porque...¡quien sabe 

lo que te puede hacer!

Al cabo de semanas, fue la graduación. Me vestí con una pasada 

rosa fucsia con purpurina azul, un gorro rojo, una especie de 

bambo rojo, una camisa blanca, una falda vaquera y unos zapatos 

rojos. ¡Me lo pasé genial!



Buenos días chicos y chicas, yo soy Manoli, y yo voy a ser vuestra 

tutora para todo el curso de primero. -Anunció distraída.-

Yo estaba un poco nerviosa, porque, como no, tartamudeaba 

mucho. Al cabo de meses, Manoli se dio cuenta de que yo 

tartamudeaba, incluso un día me llevó a unos refuerzos para no 

tartamudear.
 
Cuando terminamos el baile de fin de curso, le cantamos a los 

padres la canción “Mi corazón está colgando en tus manos”. ¡Nos 

salió genial!



No me acuerdo muy bien de cuando entramos en segundo. Repitió 

mi amigo Rafael Pérez Díaz, Rafiña para los amigos, y todo 

empezó así: ¡Qué mayores estáis! Yo voy a ser vuestro primer 

tutor, además de ser hombre, también siendo calvo. Todo el 

mundo se rio, incluso él. Bueno, como ya sabéis, cada uno en 

vuestra mesa, tenéis un lápiz, una goma, un sacapuntas, la agenda, 

un paquete de rotuladores gordos y finos, otro paquete de 

lápices alpino de colores, una tijera, una caja para que lo metáis 

todo y un fiso. -dijo impaciente de empezar las clases.- Se 

levantó y fue repartiendo el horario de clases.

Llegó carnavales, y se disfrazó de payaso, ¡hicimos una canción

de carnaval, y se la cantamos a los padre y madres en el gimnasio! 

¡Fue genial! Hicimos muchas otras canciones y excursiones.



Empezó tercero, en el año 2014. Nuestra profesora, era Toñi, 

pero en realidad se llamaba Antonia. Tenía el pelo corto, rubio y 

liso, los ojos azules, la nariz chica, la boca siempre la tenía seca y 

grande, el cuello era corto, era muy bajita... Le estoy 

describiendo, porque todo los días describíamos a alguien o 

algo,¡Nos lo pasamos fenomenal en tercero! Y hacíamos muchos 

trabajos.



Tenemos que hacer el examen inicial, porque todavía estais en 

tercero. -Fue la oración que escuchamos tras un caluroso y largo 

verano-. Así que, tomad estos folios, y haced los ejercicios. Esto 

es una pesadilla, ¡el infierno! -pensábamos.- ¡Era broma! -dijo en 

tono graciosa.- Ja ja ja -dijimos todos,- qué gracia -gritamos, no 

muy contentos de la broma.- Pero bueno, al fin y al cabo, ¡era una 

broma!

En quinto vino un profesor llamado Benito, Beni para los amigos. 

Al principio costaba entender el camino por donde quería andar, 

porque a veces nos tropezábamos, otras encontrábamos dinero. 

Muchas veces, trabajábamos con los ordenadores, otras veces 

hacíamos trabajos...



Ya sé por donde es el camino. -pensé,- primero, tenemos que 
 
pasar por “El bosque de los Bebés”, y después, “Una isla 

aburrida”. ¡Lo vamos a terminar dentro de nada! -me decía, 

mientras me esforzaba en el examen de verbos del miércoles.- 

Se acabó el tiempo, -farfulló Benito- esta fila de aquí, recoge los 

controles por orden de lista. A la mañana siguiente, nos fuimos a 

Madrid. ¡Nos lo pasamos mejor que nunca! ¡De miedo!




1 comentario:

  1. Me encanta el texto.
    Es divertido y dinámico y da una muestra de toda tu experiencia

    Felicidades!

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