domingo, 20 de septiembre de 2020

La noche

 El bello escenario que la bóveda celeste otorgaba al anochecer acompañado con el silencio de la noche, creaba en mi una sensación única, de total sinceridad.

Siempre coseguía hacerme volar de aquella prisión en la que vivía, mitigando mis días y haciendo que olvidase todo lo acontecido en ellos, liberando por unos momentos tanto a mi mente como a mi alma todo el dolor que guardaba, dejando aquellos demonios que habitaban a mi alrededor y confinaban en mi contra para herirme más de lo que estaba.

La gente suele temer a la noche. Su oscuridad puede ceñirse sobre ti, haciendo aflorar aquellas emociones que durante el día eres experta en esconder. Donde la soledad te atrapa con crudeza, haciendo imposible escapar de ella.

Pero para mí, la noche no era mi enemiga. Al contrario. Durante mis turbulentas y crueles años de adolescencia, he aprendido a admirar y amar la noche de una forma más profunda a como ya lo hacía.

Estos momentos de soledad que me han ido acompañado a lo largo de mi vida han llegado a ser mi refugio, el momento en el que he podido no solo sacar a la luz lo que realmente sentía, sino que me ha permitido conectar conmigo misma.

Siempre ha sido mi momento favorito del día y aunque los recuerdos muchas veces se abalanzasen sobre mí como un depredador a su presa, haciendo que mis verdaderos sentimientos surgieran, el sentirlos, me ha hecho una persona más fuerte. 


                     Si el cielo está lleno de estrellas, ¿por qué la noche es tan oscura? - BBC  News Mundo